Temps de lecture : 2 minutes(Last Updated On: 1 mayo 2022)

En este mes de mayo, permanecemos en la luz de la Pascua, animados por la gran fiesta de la Resurrección. Apoyados en la experiencia de los primeros Apóstoles, tenemos que salir del miedo, como ellos, para seguir al Resucitado con el fin de anunciar la VIDA ofrecida a todos y testimoniar activamente su amor, que es una prioridad para los excluidos y los que sufren.

Encuentro con el Resucitado

“¿Por qué buscas a los vivos entre los muertos? (Lucas 24, 5) Estas palabras aún resuenan. La guerra, la muerte y el sufrimiento siguen siendo demasiado reales. Sin embargo, no deben hipnotizarnos y paralizarnos en un sentimiento de impotencia… Jesús está vivo y va delante de nosotros a Galilea: ¡nos espera allí!
El mensaje de la Pascua se hace realidad en nuestras vidas, que son releídas y compartidas en el equipo de SVECJ. Las semillas de la vida están brotando a nuestro alrededor, en nuestras familias y relaciones, y más ampliamente en el mundo accesible a través de varios medios de comunicación. Levantan las montañas de indiferencia y egoísmo donde crecen. Tomémonos el tiempo para acogerlos y compartir con ellos la alegría de la Pascua.

Nuestras respuestas al Sínodo

Las respuestas de los miembros del SVECJ, presentes en varios países, atestiguan que la sinodalidad está bien implantada en nuestra familia espiritual. ¡Esto es una señal de vida! Caminamos juntos tras las huellas del Resucitado, con nuestros diferentes estados de vida y nuestras variadas experiencias. “El Evangelio es nuestro cemento” (un equipo de Francia-Bélgica); “acogemos las sorpresas del Espíritu Santo” (equipo de La Reunión).

Mantener viva la esperanza

Nuestro horizonte se amplía al acoger al Espíritu Santo, que nos ayuda a mantener la esperanza. Esta Esperanza permanece anclada en la experiencia de la Pascua. Tomémonos el tiempo de abrir los ojos y los oídos a todos estos signos de Vida que esperan ser discernidos, asumidos en la oración y luego desarrollados en el compromiso diario con toda la gente buena que nos rodea.

Gwennola Rimbaut, SVECJ


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