Algunas noticias de Magascar en el momento de la pandemia de Covid-19. A partir del 21 de marzo y hasta septiembre de 2020, no se podrán celebrar reuniones mensuales. Esto es el resultado de una decisión tomada por las autoridades del país para evitar la propagación de la pandemia de Covid-19. Esta decisión se respeta porque Jesús nos enseña a seguir la ley. Así que, como equipo, nos llamamos unos a otros para compartir y escuchar de él. Nos cuestionamos mutuamente sobre cómo está viviendo cada uno de nosotros los compromisos adquiridos, ante el cierre de las iglesias y sobre todo ante la crisis económica creada por el Covid-19.
Reuniones
Desde octubre, el primer sábado de cada mes, hemos retomado nuestras reuniones habituales, respetando los gestos de barrera. Cada miembro expresa sus experiencias, sus depresiones. Todos sienten la importancia de estos intercambios y contactos fraternales que generan alegría, risas de corazón… Como resultado, la vida del grupo se vuelve más dinámica. Así, el perfume de la amistad, a través de la presencia efectiva de los miembros y de su toma de palabra, se extiende. Cada reunión es una oportunidad para conocer la vida de Pierre de Clorivière y la de San Ignacio. Estos dos jesuitas son la fuente de nuestro carisma.
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Apoye a
Pierre de Clorivière nos enseña a buscar a Dios en cada prueba. Durante el reparto de la vida, nos consolamos mutuamente y rezamos juntos para que los científicos encuentren la vacuna contra la pandemia del Covid-19. Buscamos juntos la voluntad de Dios a través de nuestros compromisos en la sociedad. Intentamos ver a Dios en todas las cosas y todas las cosas en Dios en la situación actual. Tenemos que apoyarnos mutuamente, aportar un poco de esperanza para salvar el mundo. En el Evangelio de San Juan está escrito que Dios dice que nos pone en medio del mundo. No nos saca de él. Cada encuentro termina con un ágape fraternal.
Confinamiento
La gente ha vivido un periodo muy restrictivo en la medida. Han tenido que cambiar sus hábitos. Desde el 21 de marzo de 2020 hasta finales de junio, la contención fue total, sólo los militares podían circular. De junio a septiembre de 2020, sólo una persona por familia podía salir a comprar provisiones, el uso de una máscara y los gestos de barrera eran obligatorios. Para ayudar a cada familia, el Banco Mundial y el FMI, a través del Estado, distribuyeron una bolsa de arroz para cada familia. A mediados de julio de 2020, el Estado decretó el trabajo mínimo para algunos sectores privados y públicos. Las personas vulnerables tuvieron que seguir quedándose en casa.
Culto
En septiembre de 2020, las iglesias del centro de la ciudad pudieron reabrir en cumplimiento de los gestos de barrera. Actualmente, se permite la reunión de 200 personas. Las iglesias han limitado el número de feligreses que pueden acoger. Además, las salas de trabajo de algunas iglesias están liberadas para celebrar la misa. Las emisoras de radio y televisión católicas privadas retransmiten la misa en directo (sin cortes) todos los domingos.
Durante este largo cierre, aumentaron la inseguridad y el tráfico de maderas preciosas y se observó un resurgimiento de las violaciones en toda la isla. Como resultado, la Asamblea Nacional propuso una nueva ley: la intervención quirúrgica para extirpar los genitales del violador.