He aquí algunas claves de discernimiento. Aunque Arturo Sosa, Prefecto General de la Compañía de Jesús, los proponga para la reflexión en elCongreso dela la Asociación Internacional de Universidades Jesuitas (AIJU), podemos hacer un buen uso de ellos.
Corremos el peligro de convertir el discernimiento en una etiqueta tranquilizadora, una forma de hablar en sintonía corremos el riesgo de convertir el discernimiento en una etiqueta tranquilizadora, una forma de hablar a tono con un vocabulario que complace a los jesuitas o halaga los oídos del Papa Francisco. El discernimiento implica aceptar los retos que, desde muchos ángulos, nos plantean la vida social y la ciencia. Desafíos que a menudo nos asustan con razón.
El discernimiento significa asumir riesgos…
La asunción de riesgos no surge de forma espontánea en las instituciones que han luchado por construir su identidad y que han logrado construir un estilo de educación y de construcción de conocimientos. Están orgullosos de ello y, además, su entorno lo reconoce dándoles un gran prestigio.
Discernir significa estar abierto a lo nuevo.
La novedad a la que queremos que nos abra el discernimiento es radicalmente diferente de la innovación producida por la investigación científica o el progreso tecnológico. Esta novedad nos viene dada; no se deriva de las premisas establecidas por nosotros mismos ni de los avances que hemos realizado en un camino que nosotros mismos hemos decidido, diseñado y marcado. El discernimiento, entonces, es estar preparado para ser guiado hacia lo nuevo.
El discernimiento es aprender a dejarnos llevar
Discernir significa soltar las riendas y dejarnos llevar por donde no sabemos, sin una hoja de ruta que guíe nuestros pasos. El Proponer el discernimiento en común como forma de afrontar el futuro requiere ser consciente de las resistencias que nacen de las dinámicas académicas habituales. Requiere seguir deliberadamente un camino complejo que cambiará los enfoques y métodos habituales de toma de decisiones. Requiere que nos cuidemos de la tentación de llamar a lo que hacemos “discernimiento” porque estamos acostumbrados a ello y nos conviene.
Discernir con Ignacio de Loyola como guía
Acabamos de concluir el Año Ignaciano 2021-2022 en el que hemos buscado la inspiración del quería inspirarse en la experiencia de Ignacio de Loyola para soltar las riendas de nuestra vida y abrirnos a la novedad, para ver todas las cosas nuevas en Cristo, para ser guiados hacia nuevos horizontes.
Ver nuestra vida como una peregrinación
Ignacio utilizó la imagen del peregrino para sí mismo. Siguiendo la misma inspiración, podemos considerar toda la vida-misión de la Compañía de Jesús como una peregrinación. Un organismo formado por muchos miembros con funciones diferentes y complementarias emprende su camino confiando en el espíritu que le dio la chispa inicial, que lo ha guiado durante varios cientos de años y que promete seguir haciéndolo si sus miembros “sueltan las riendas”.
Confiar en el Espíritu Santo
Desde esta fe, que inspira la vida-misión de la Compañía de Jesús y le permite estar en sintonía con tantos le permite estar en sintonía con tantas otras personas e instituciones que, aunque basadas en otras opciones de vida, sienten lo mismo, sabemos que el Espíritu Santo conduce la historia humana con su particular forma de actuar. Dirige como un maestro que acompaña los viajes de sus discípulos con espíritu de gratuidad, respetando la libertad, siguiendo pacientemente los caminos que sigue cada persona, adaptándose a las condiciones de cada lugar, tiempo y persona. Lo hace mediante lo que podríamos llamar la pedagogía de la gracia, que abre nuestro entendimiento a los signos del presente que conducen a ese futuro que es objeto de nuestros deseos y de tanto esfuerzo por nuestra parte.
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Discernir los signos de los tiempos
Los “signos de los tiempos”, las señales que el Espíritu nos da a través de su acción en historia, se manifiestan en el presente. Aprender a leer los signos de los tiempos significa, pues, discernir este presente que ilumina el camino hacia un futuro que recibimos como un regalo si elegimos el camino que estos mismos signos indican.